Tesoro del carnaval de Barranquilla - Notas & Historias del Caribe

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sábado, 26 de diciembre de 2020

Tesoro del carnaval de Barranquilla


El Torito una historia de valor, lágrimas y tradición

cultural


NOTA DEL AUTOR. 

Murió Domingo "Mingo" Pérez, cantor-por más de sesenta años- de la Danza del Torito Ribeño, una disidencia de la danza del Toro Grande, ambas insignias del Carnaval de Barranquilla. 

A propósito -hace dos años- hicimos un viaje profundo a la génesis de estas expresiones culturales que tanto enriquecen nuestras fiestas.




Aquí la crónica: 


La familia Fontalvo revive desde el mes de enero un avivamiento cultural que ya cumple 140 años en la historia de las fiestas de La Arenosa.

 

Por William Ahumada Maury

Especial Notas e Historias del Caribe

 

El espíritu guerrero de Mwene Kongo viene poseyendo a los líderes de la familia Fontalvo de Barranquilla desde el 20 de enero de 1878.

Son ciento cuarenta años en los que cuatro generaciones de esta familia, se habituaron a que, desde inicios de año deben dejar de lado sus humildes trabajos  y –bajo el influjo del espíritu de Mwene Kongo- se convierten en danzantes de una heredad africana de coloridos guerreros de la alegría.

Del tronco familiar de los Fontalvo el primer poseído fue Elías, cuando apenas tenía doce años.

Su noble corazón obrero se convirtió en bastión de fortaleza bravía ese 20 de enero de 1878. Descendiente directo de negros e indígenas a esa edad Elías ya  admiraba la belleza de las danzas de El Toro Grande y solicitó ingresar a esa danza.

“Le dijeron que no. Era muy niño, tenía doce años,  y no querían correr riesgos con él” relató uno de los directivos del Toro Grande.

Al ser rechazado Elías regresó furioso a su casa. Habló con su familia, elaboró una bandera gigante y la plantó con nombre de Danza El Torito. Hoy, 140 años después, aún ondea orgullosa, dándole vida y alegría al humilde barrio San Roque.

“La bautizaron El Torito porque los primeros miembros de la danza eran en su mayoría niños que se revelaron a “los viejos” de la danza El Toro Grande”, precisa el abogado Víctor Martínez.


Los poseídos para danzar hasta el agotamiento eran gente como Elías Fontalvo: vendedores del mercado, obreros de construcción, vendedores ambulantes, coteros, pescadores, vendedores de lotería, taxistas, camioneros, dueños de restaurantes…por lo general gente muy pobre.

Por allá por 1878, esos primeros elegidos eran descendientes directos de negros libertos, indígenas andariegos e inmigrantes que instalaron sus casas cerca al naciente mercado de Barranquilla para vivir del comercio menor. Así se fundaron los barrios Rebolo, San Roque y las Nieves, ahí mismo, a orillas del rio Grande de la Magdalena y cuna de las primeras danzas de negro que hoy son orgullo de nuestras fiestas.  

La vida les había negado todo y asumían el respiro de las fiestas carnavalearas como un  bálsamo que les recargaba el alma para enfrentar los desafíos de la pobreza por el resto del año.  

 

Los secretos de la danza



A principios de enero todos escuchaban el llamado de una tambora lejana y salían de sus casas como poseídos para concentrarse en la calle del Comercio, entre las carreras Concordia y Hospital, hoy calle 34 entre carreras 33 y 35, barrio San Roque.       

No necesitaban organizarse para hacer algo que les era ordenado desde el alma. Sólo cerraban los ojos para asimilar las notas de una tambora de golpes bravíos, pero nostálgicos. Entonces el influjo de Mwene Kongo les ordenaba danzar en una coreografía que asimila siempre los movimientos de guardia cerrada con las que sus ancestros guerreros acechaban a las tribus enemigas, allá en África.

“Tres por el frente, con los brazos lazados, mirando altivos, de frente y con tono serio y seguidos por filas de hasta 60 individuos. Se desplazan medio agachados y respondiendo con sus coros varoniles a un repique de tambora que hechiza a los espectadores. Es uno de las coreografías más hermosas de la danza” señala Moisés Pineda, antiguo miembro de la danza.

Todo era un desorden organizado, en donde la voz de Mwene Kongo no se escuchaba…se sentía gritar por dentro.

Con Elías Fontalvo Jiménez, llegaron al primer llamado de Kongo, en 1878 su hermano Marcos, su primo Carlos Fontalvo Contreras, Vidal Mantilla De la Hoz, Ezequiel Díaz Algarín y su esposa Zenaida, Marcos Páez. A ellos se unieron primos, cuñados, amigos, vecinos, conocidos. Todo aquel que sintiera hervir en su sangre la herencia africana.

Ese primer año los Fontalvo y su enorme red de súbditos bailaron y bebieron sin parar. Luego, el miércoles de ceniza, la posesión terminó y los Fontalvo volvieron a ser los Fontalvo de siempre.

 

África en Barranquilla



Todo en esta danza revive las tradiciones sociales de los habitantes de la república del Kongo, en la lejana África. En la danza local hay guerreros que conviven con disfraces de león, gorila, cebra, toros y serpientes de enorme tamaño.

Por ser danzas guerreras en un principio no se permitía la participación de las mujeres. Entonces hombres con ropas femeninas las reemplazaban. Se pintan el rostro, hacen machetes de madera y fabrican capas con símbolos dorados para recrear el origen de su realeza. Las flores en los turbantes son homenaje a la naturaleza del Caribe, las serpientes símbolo de virilidad en los danzantes, los versos  son mofa, desafío y desahogo ante cualquier opresión.

Si bien en las épocas en que eran libres en la lejana África los guerreros cantaban para agradecer a sus dioses por las cosechas; en los palenques de Cartagena de Indias, los cantos eran para mofarse, gritar su tragedia a los amos y una forma de negarse a dejar perder su cadencia cultural.

Por eso los versos hoy son divertidos o punzantes, tiernos o filosóficos, pero siempre llaman la atención del espectador. Hay versos que se han mantenido por años como herencia inmaterial que protege la organización del carnaval de Barranquilla.

El más antiguo de la danza El Torito, aún se canta:

 

En el año sesenta y ocho

El Torito se fundó

Y en recuerdo de su padre

Campo Elías la prosiguió.

Domingo “Mingo” Pérez, el cantante eterno de la danza, ahora con sesenta años al frente de músicos es famoso por sus versos guerreros:

 Toca toca ese tambor

Que te van a regañar

En la Batalla de Flores

Tú también sabes tocar

 

Toca toca ese tambor

Y acábalo de romper

Que ya conseguí otro cuero

Pa´ mandarlo a componer

 

Las batallas en las calles

 

Por su naturaleza guerrera las danzas en Barranquilla, solían enfrentarse violentamente cuando coincidían en la calle.

“Entonces las danzas recorrían a Barranquilla para visitar a familiares, amigos y parientes. Cuando se encontraban los versos eran dedicados a mofarse del otro grupo y terminaban en batallas reales”, recuerda el investigador cultural Moisés Pineda. 

El actual director de la danza El Torito Alfonso Fontalvo Torres, reunió de joven a todas las danzas y decretaron sólo agredirse "con cultura".  



La tradición de Los Fontalvo

Elías Fontalvo 1878-1930) 

Campo Elías  Fontalvo (1930-1962).

Marco Fontalvo de las Aguas (1962 -1970)

Alfonso Fontalvo Torres, hoy  dice estar evaluando a su heredero, entre sus hijos y nietos…(1970-    )

Pero año tras año, cuando inicia el mes de enero el espíritu de Mwene Kongo, posee a los Fontalvo en las calles del barrio San Roque de Barranquilla, hasta el miércoles de ceniza…(1878….) 

1 comentario:

  1. Hola William y Rita, felicitaciones por ese espacio para darle una mirada distinta a la vida. Con orgullo y beneplácito registro el nacimiento de ese nuevo medio de comunicación con un trabajo hecho por verdaderos periodistas para la gente. Notas e historias del Caribe es un nuevo refuerzo a quienes hemos creído que el periodismo de hace con visión positiva. En medio de la pandemia hay que dejar de contar cifras de contagios y muerte para contar historias de vivos y gente que al motor deja un legado cultural invaluable. Bendiciones para ustedes desde Pasaporte Caribe seguirá apoyando su tarea.

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